MI NICARAGUA

MI NICARAGUA
TIERRA DE LAGOS Y VOLCANES

¡Yo quiero a mi Nicaragua!

¡Yo quiero a mi Nicaragua! es un proyecto de activismo que propone la apertura y el resguardo de un espacio libre, positivo y seguro al servicio de todas y todos los nicaragüenses. El propósito principal de este espacio es facilitar el libre intercambio de ideas sobre los problemas que nos agobian a todos; sobre cómo trabajar juntos para forjar una Nicaragua mejor, sobre cómo asegurar un legado positivo para nuestras futuras generaciones. Este recurso está a disposición de todas aquellas personas que deseen expresarse y manifestarse a gusto, sin distinción alguna. Sin embargo que quede claro que el precio de admisión a este espacio son el respeto y tolerancia que nos debemos unos a otros como nicaragüenses y como seres humanos ante todo.

martes, 16 de febrero de 2010

Trabajo en equipo: Plan Vivienda

“Todo cuanto sé con mayor certeza sobre la moral y las obligaciones de los hombres, se lo debo al fútbol.” Albert Camus

Casi todos estamos al tanto sobre la importancia del trabajo en equipo. Aquellos de nosotros a quienes nos gusta practicar o observar algún deporte, sabemos que trabajando en equipo hay mayores posibilidades de victoria. Sin embargo la relevancia y beneficio del trabajo en equipo no se limitan a los deportes. Debemos de trabajar en equipo para formar familias sólidas y asegurar un mejor futuro para nuestros hijos. Debemos de trabajar en equipo para rendir al máximo en nuestro trabajo. Debemos de trabajar en equipo para enfrentar grandes retos. Debemos de trabajar en equipo incluso para divertirnos al máximo. Los humanos somos seres sociales y hasta vivimos en equipo. Pero, ¿por qué es tan importante el trabajo en equipo? Trabajar en equipo significa priorizar el interés colectivo; el bien del equipo debe de estar por encima del bien individual de cada uno de sus integrantes. Esto requiere de compromiso, responsabilidad y sacrificio. Asimismo, significa que cada integrante debe de rendir cuentas ante sus compañeros. El trabajo en equipo es crucial para alcanzar el éxito, y además nos inculca ciertas virtudes verdaderamente primordiales para progresar.
Consideremos el trabajo en equipo dentro del contexto social, económico y político de nuestro país. Todos los nicaragüenses compartimos un futuro en común, habitamos el mismo territorio geográfico, y dependemos de un mismo sistema [social, económico y político] que influencia nuestras circunstancias y oportunidades. Queramos o no, somos un equipo a pesar de que no sabemos trabajar como tal muy bien. Pocas veces hemos logrado trabajar en conjunto para beneficiar a futuras generaciones. Es por eso que a día de hoy Nicaragua no ha logrado realizar su quimérico potencial. El egoísmo y la desconfianza han sido nuestros peores enemigos. No saldremos adelante hasta que aprendamos a compartir las tareas colectivas más duras y difíciles. El construir sociedades exitosas es algo que—como todo en la vida—requiere de tiempo, esfuerzo y dedicación. Nos hemos fallado a nosotros mismos, y la Nicaragua en la que vivimos nos deja en evidencia. Solo trabajando en equipo cosecharemos la confianza mutua y lograremos el enfoque integral necesarios para hacer de Nicaragua un éxito rotundo.
Hace varias semanas Bayardo Arce presentó su plan para combatir el déficit habitacional que sufre Nicaragua. El denominado Plan Vivienda consiste de una gran alianza pública-privada [léase trabajo en equipo] para impulsar proyectos de vivienda de interés social y a la vez facilitar el acceso al financiamiento necesario para que más familias nicaragüenses vivan en condiciones adecuadas. Los principales integrantes de dicha alianza son la banca privada, el INSS y los constructores de nuestro país. Bajo el liderazgo del Sr. Arce el gobierno ha logrado coordinar el trabajo en equipo entre estos y varios otros actores, promoviendo una noción integral de lo que es el bien común. En realidad es simple. El propósito principal de esta iniciativa es velar por el bienestar del sinnúmero de familias nicaragüenses que viven en malas condiciones; sin embargo resulta obvio que desde la banca privada hasta los constructores, todos los actores salen ganando con este plan. Y a eso debemos de sumar los beneficios indirectos del plan; estimula el comercio y crea trabajos.
El Plan Vivienda propone la construcción de aproximadamente 5,000 viviendas de interés social en el 2010. ¡Que alentador contemplar una meta realista y no uno de los disparates a los que estamos históricamente acostumbrados! El plan se ejecuta con un fondo de 90 millones de dólares al que aportan partes iguales la banca privada y el INSS. En esencia esta empresa es una sociedad [léase trabajo en equipo] entre el sector privado y el sector público para resolver un gravísimo problema social. Estamos estableciendo un precedente muy positivo. Las viviendas programadas cuestan aproximadamente 20 mil dólares, y se pagan con una tasa de interés del 8% con un plazo de 20 años. Es decir, los nicaragüenses que ganan entre 10 mil y 15 mil córdobas mensuales pueden comprar estas casas pagando en cuotas de aproximadamente 3 mil córdobas. ¡Por fin un empujón para la clase media y trabajadora de nuestro país!
Este plan es un rayo de luz en la oscura noche de pobreza y subdesarrollo que nos consume desde hace tanto tiempo. Es una iniciativa que, en teoría, destaca por incluyente, innovadora y pragmática. El Plan Vivienda puede marcar el inicio de una nueva forma de hacer las cosas en Nicaragua. Y es que al proponer una alianza pública-privada como el instrumento para ejecutar tan grande y necesaria labor, el Sr. Arce abrió las puertas hacia un futuro en el cual todos los sectores de nuestra sociedad podrán trabajar juntos, entre ellos y con el estado, para resolver los problemas reales de los nicaragüenses. A sabiendas o no, Bayardo Arce ha desatado un proceso mediante el cual se liberaliza la toma de decisiones importantes sobre nuestro futuro colectivo. Si las cosas se hacen debidamente y el plan resulta ser un éxito, será en gran parte porque los diferentes actores hacen a la vez de monitores internos, manteniéndose a raya unos a otros. El éxito del Plan Vivienda nos confirmaría la eficacia y eficiencia del trabajo en equipo, motivándonos a incorporar—por primera vez en mucho tiempo—un buen hábito socio-político a nuestra cultura.
También debemos de entender sobre el trabajo en conjunto y el Plan Vivienda, que nosotros [la ciudadanía] somos parte imprescindible del equipo. En primer lugar, la iniciativa nace para satisfacer nuestra necesidad y se acopla a nuestras expectativas en cuanto a lo que esperamos de las empresas e instituciones [públicas y privadas] que se nutren de nuestra sociedad. A la vez, nos corresponde a nosotros demandar transparencia y monitorear el desempeño de esta gran alianza. Tenemos que asegurar que la politiquería nunca manche este nuevo estándar, nuestra nueva forma de hacer las cosas y de fomentar el progreso integral de Nicaragua. Asimismo tenemos que asegurar que las viviendas sociales sean de buena calidad, que esta oportunidad no se preste para prácticas mafiosas por parte de los constructores y las municipalidades, que los banqueros no se quieran pasar de listos, y que los trabajadores nicaragüenses que aportan al INSS gocen las ganancias de esta inversión que se lleva a cabo con su dinero y sudor. Los dejo con una última e intrigante reflexión. ¡Que visión ha demostrado Bayardo Arce con este plan! Actúa como un hombre inteligente, pragmático y capaz. Supongo que dentro del Frente Sandinista hay otros y otras como él. Entonces, llegamos a la pregunta del millón: ¿por qué insiste Daniel Ortega en ser el caudillo que define el futuro de nuestro país y decide el destino de cada uno de nosotros según le da la gana? ¿por qué se lo permiten todos los demás?

Cortesia de: EL BUEN CHAVALO